La bolsa es uno de los destinos de inversión más tradicionales. La compra de acciones está ampliamente extendida, pero la complejidad que rodea al mercado de valores unida al desconocimiento sobre su operativa no la hace apta para todo el mundo en un primer momento. Por su parte, el crowdlending es un vehículo que, si bien no cuenta con la trayectoria del mercado bursátil, ofrece una rentabilidad fija muy atractiva. Además, los préstamos colectivos democratizan la inversión para todos los públicos apoyándose en la digitalización.

Crowdlending vs. bolsa. ¿Dónde es mejor invertir?

La participación de los particulares en bolsa se situó en el 17,1% en 2020, un punto más que el año anterior, según BME. Frente al mercado bursátil, el crowdlending se presenta como una inversión alternativa capaz de compensar la volatilidad de las acciones, productos financieros de renta variable cuya rentabilidad no está garantiza. Si no tienes muy claras cuáles son las diferencias entre el crowdlending y la bolsa, este listado te ayudará a verlas en función de una serie de variables:

Tipo de activo. Aunque el catálogo de productos financieros que se pueden comprar y vender en bolsa es muy amplio, lo cierto es que las acciones ocupan el lugar más destacado. Cada uno de estos títulos representa una parte del capital social de una empresa. La vinculación que se crea con la compañía al comprar estas participaciones es la de accionista. Ser accionista da derecho a participar en los beneficios de la compañía cotizada, que expone de forma pública sus resultados.

diferencias crowdlending bolsa

El crowdlending involucra a empresas o a particulares o a ambos, pero el inversor no se convierte en accionista, sino en acreedor, dado que el producto que se adquiere no es una acción sino un préstamo. En este sentido, el grado de implicación es mucho menor, puesto que el inversor en crowdlending no forma parte del accionariado y, por tanto, no tendrá poder de decisión en la misma ni participará del reparto de dividendos.

Rentabilidad. El mercado de valores se caracteriza por su volatilidad. Precisamente, una de sus máximas es que rentabilidades pasadas no garantizan rentabilidades futuras. Las fluctuaciones de la bolsa están muy ligadas a los ciclos económicos, por lo que el valor de las acciones puede dispararse o hundirse en un visto y no visto. Existen diversas estrategias para comprar y vender en los momentos adecuados, pero en general, si no existen tensiones geopolíticas, todo dependerá de cómo le vaya a la empresa, sus planes de expansión, su nivel de apalancamiento, etc.

Con el crowdlending, el beneficio que vas a obtener se conoce desde antes incluso de invertir en el préstamo. Las plataformas de financiación participativa publican diferentes proyectos dentro de su marketplace. Cada uno de estos proyectos, además de incluir información detallada sobre el plazo de la inversión, el LTV o el calendario de pagos, incluye el interés que se recibirá por prestar dinero. En CIVISLEND siempre exponemos la rentabilidad conforme al TIN y la TAE.

Nivel de riesgo. Cualquier inversión implica riesgo, y cuanto más agresivo sea el perfil del inversor, mayor será la rentabilidad que se pueda obtener, pero mayores también las pérdidas si las acciones bajan o si, llegado el momento, la empresa quiebra. Los principiantes deben huir de productos derivados como los futuros o las opciones y centrase en bonos y acciones. Por otro lado, en bolsa hay un concepto llamado stop loss que deshace tu posición con el fin de poner un límite a las pérdidas. Consiste en una orden de venta que se ejecuta si el precio de la acción llega a una cifra previamente decidida por ti.

Los préstamos que promueve el crowdlending son activos descorrelacionados y están calificados conforme a un rating de riesgo. Esta calificación es muy útil para el inversor, que podrá saber de un vistazo si el proyecto encaja con su perfil de riesgo. Aunque las plataformas se aseguran de publicar únicamente proyectos que cumplan altos estándares de calidad y tengan detrás un promotor de comprobada solvencia, este negocio no está exento de retrasos y, en última instancia, de impagos.

Operativa. Si para comprar acciones necesitas de un intermediario financiero o bróker, para invertir en crowdlending es necesario operar dentro de una plataforma de financiación participativa. Ambos mediadores deben estar autorizados y regulados, además de tener un recorrido lo suficientemente largo como para darte confianza. En la bolsa, el método más sencillo para operar es el bróker de tu banco, pero también hay gestores de carteras automatizado o robo advisor, además de brókers online. En cuanto a la plataforma de crowdlending, también las hay que invierten de forma automatizada, mientras que en otras debes estar pendiente de los préstamos que se van publicando.

Comisiones. A veces, las comisiones dentro del mercado bursátil son tan altas que acaban por comerse todas las ganancias obtenidas. El listado es casi interminable y dependerá del tipo de gestor que escojas, de los productos en los que inviertas y de tu forma de invertir. Así, podemos toparnos con comisiones por mantenimiento, de inactividad, por operación o intermediación, de cambio, por cobro de dividendos, de corretaje, por financiación, etc. Las plataformas de crowdlending no suelen cobrar comisiones al inversor porque la financiación de los proyectos depende de que haya cuantos más mejor.

Liquidez. Antes de comenzar a optimizar el ahorro, hay que fijarse un horizonte de la inversión. Es muy importante que no necesitemos recuperar el importe invertido en un futuro próximo, e incluso, en lo que respecta a la bolsa, que estemos dispuesto a perderlo todo o parte del mismo. El mercado secundario sirve para comprar y vender entre inversores, pudiendo hacer líquidas las acciones en caso de necesidad. En crowdlending, hay algunas plataformas que tienen mercado secundario, pero por lo general, los préstamos son activos con poca liquidez.

Capital para invertir. Hay quien estima que para componer una cartera de valores diversificada se debe invertir un mínimo de 10.000 euros. No obstante, si queremos implicarnos personalmente en el trading e ir aprendiendo poco a poco, es posible comenzar con un capital de 1.000 euros escogiendo un gestor cuyas comisiones reducidas. En el caso del crowdlending, el mínimo depende de cada plataforma. En CIVISLEND es de 250 euros. En cuanto al máximo, está determinado por el tipo de inversor. Los no acreditados están limitados a un máximo de 3.000 euros por proyecto y 10.000 anual en el total de plataformas. En el caso de los inversores acreditados, no hay límite máximo.

Grado de complejidad. Sin duda, la bolsa es un universo complejo para los no iniciados en la materia. Sin embargo, con tiempo y buena disposición se pueden llegar a aprender todos los secretos que rodean a los mercados bursátiles. Se ha escrito mucha literatura sobre el tema, y no solo en libros físicos sino también online, un entorno en el que son incontables los manuales paso a paso, además de los webinars sobre trading. El crowdlending es mucho más sencillo de entender porque se centra en un único producto y la rentabilidad es fija.