Hay quien, fiel a las tradiciones, sigue viviendo el día de los difuntos en el más absoluto de los recogimientos. Sin embargo, hace ya muchos años que España importó el lado más festivo de la noche del 31 de octubre. De este modo, muchas familias continúan acudiendo a los cementerios para recordar a sus fallecidos, pero también disfrazan a los más pequeños, que se lo pasan en grande. Si tú también has caído preso del ‘truco o trato’, sabrás que en el mundo de la inversión abundan los sustos. Desde productos financieros que esconden un cuchillo detrás de tanta letra pequeña hasta empresas que acaban metiendo tu dinero en un callejón sin salida. Si este Halloween no quieres acabar perdiendo la cabeza, CIVISLEND te recomienda tener cuidado con estos cinco seres terroríficos.

El fantasma del Halloween pasado

Seguro que si llevas un tiempo operando en el mercado bursátil has oído hablar del efecto Halloween, que va de la mano del famoso dicho Sell in may and go away. Este indicador se basa en la teoría de que las acciones alcanzan sus máximos entre el último día de octubre y el primero de mayo. Los acólitos de este indicador recomiendan comprar acciones en noviembre y mantenerlas todo el invierno. Luego, con la primavera, llega el momento de vender, ya que en verano todo se ralentiza.

El primer estudio que se detuvo a analizar esta premisa fue publicado en 2002 por Sven Bouman y Ben Jacobsen. Su análisis demostró que en 36 de los 37 países analizados un inversor puede extraer el rendimiento anual de sus acciones exponiéndose solo seis meses y saliendo del mercado los otros seis. Hubo otros expertos que trataron de buscar explicación al fenómeno, como Maberly y Pierce en 2003 o Andrade, Chhaochharia y Fuerst en 2012.

Los últimos en tratar de arrojar luz fueron Ben Jacobsen y Cherry Zhang, que en 2018 realizaron un rastreo del comportamiento de las bolsas en 300 años, constando que la mejor época para invertir es desde Halloween hasta finales de abril, arrojando rendimientos un 4% de media más altos que desde mayo a octubre. Si bien es cierto que la estacionalidad de las bolsas no es un fenómeno nuevo, no hay que seguir esta sincronización a pies juntillas. Y es que el fantasma del Halloween pasado viene acompañado de otras teorías igual de siniestras y con las que se contradice: la estrategia de comprar y mantener (buy and hold) y la hipótesis del mercado eficiente (Efficient Markets Hypothesis).

La chica de la curva… de tipos

La curva de tipos de interés es una herramienta que permite visualizar el rendimiento de la deuda pública según determinados plazos de vencimiento. Es por lo tanto un valioso recurso para saber si merece la pena invertir en productos de renta fija como letras, bonos y obligaciones de un país. En condiciones normales, cuanto más largo es el plazo, mayores son los intereses. Sin embargo, en ocasiones puede darse el caso de que la curva se invierta, haciendo que los intereses a corto sean iguales e incluso mayores que los planteados a con vencimientos más largos.

Se trata de una anomalía que tiene lugar en momentos de incertidumbre o cuando hay cambios importantes en las políticas monetarias. Sin duda, aspectos como la pandemia y la guerra en Ucrania no favorecen la estabilidad de los mercados. La escalada de la inflación derivada del escenario actual ha llevado al Banco Central Europeo a subir los tipos de interés. En este contexto, la curva de tipos tiende a invertirse, lo que es un síntoma de que se avecina una recesión y que invertir en renta fija podría ser una buena idea.

El monstruo de las recomendaciones pagadas

Algunos finfluencers pueden convertir tu cartera de inversión en una verdadera pesadilla. En los tiempos de la cultura online instantánea, los consejos sobre finanzas también se vuelven ligeros y de consumo rápido. Dejarse llevar por los extraordinarios resultados que han conseguido esos jóvenes que tienen mejor coche y casa que tú es muy tentador, pero constituye un enorme peligro. La propia Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) ha alertado de que algunos de estos prescriptores estaría emitiendo recomendaciones de inversión sin cumplir con los requisitos europeos establecidos.

Lo que busca el regulador es que «quienes hagan recomendaciones de inversión se identifiquen adecuadamente, presenten las recomendaciones de manera objetiva y revelen todas las relaciones o circunstancias que pudieran afectar a su objetividad». No podemos olvidar que, de la misma forma compramos los productos que anuncian personajes con millones de seguidores en redes sociales, también podemos aceptar sin rechistar las sugerencias que nos hagan en materia de inversión.

El hombre (y la empresa) invisible

Cada día surgen nuevas formas de optimizar el ahorro que complementan a otras herramientas de sobrada trayectoria. Tener ganas de «explorar» nuevos caminos es muy saludable, pero siempre debe hacerse con la firme convicción de que nadie regala nada. Si detrás de una oportunidad encuentras un entramado empresarial opaco o una persona poco accesible, mejor descártalo. Si ha llegado a tus oídos una nueva tendencia de inversión, haces bien en desconfiar. De hecho, con el crowdfunding inmobiliario que promueve CIVISLEND, paso algo así al principio. Tuvo que pasar tiempo para que la financiación alternativa se asentara en España y nuestra plataforma se ganara la confianza de los inversores y de los promotores.

Invasión zombi de comisiones

Otro de los espectros a los que debes dar esquinazo en Halloween es a las comisiones, porque pueden acabar desangrándote. Ya sabes que muchos de los trámites relativos a la inversión que antes había que hacer en persona ahora se pueden hacer a través de Internet, algo que reduce los costes. Sin embargo, debes tener muy claro cómo se gana la vida la persona o la plataforma que hay detrás de esa rentabilidad tan sugerente. La transparencia es fundamental dentro de la inversión, así que no dudes en averiguar cuál es el modelo de negocio que sustenta esa actividad que va a proporcionarte beneficios y si hay un código ético que la sustente.