Durante mucho tiempo, invertir en ladrillo significaba comprar un inmueble, asumir una deuda y esperar años para obtener retorno. Ese esquema está evolucionando. Gracias a los modelos de financiación colaborativa, cualquier persona puede destinar capital a proyectos inmobiliarios reales desde importes muy reducidos, sin hipotecas ni los costes asociados a una compraventa tradicional.
El préstamo participativo inmobiliario —más conocido como crowdlending inmobiliario— se ha convertido en una de las grandes disrupciones del sector. Su expansión responde a una necesidad clara: los ahorradores buscan alternativas con mayor rentabilidad, más claridad y menor barrera de entrada. Y hemos logrado transformar esta tendencia en un vehículo real para generar valor.
Este modelo consiste en conceder financiación a un promotor para desarrollar una actuación concreta: adquisición de suelo, construcción de viviendas o rehabilitación de activos. A cambio, el inversor recupera su aportación junto con los intereses establecidos al finalizar el préstamo. Civislend actúa como intermediario, conectando ambas partes.
A diferencia del crowdfunding tradicional, donde el inversor compra participaciones (equity), en el crowdlending se financia deuda, no capital. El inversor actúa como prestamista, por lo que su retorno depende del cumplimiento del contrato, no del rendimiento comercial del proyecto.
El resultado es un sistema más predecible, tangible y estructurado, con plazos habitualmente cortos (entre 12 y 18 meses) y rentabilidades medias que rondan entre el 10 % y el 13 % anual. Además, la mayoría de operaciones cuentan con garantías, siendo habitual la garantía hipotecaria sobre el propio activo, lo que reduce de forma significativa el riesgo asumido.
En un contexto donde la oferta de vivienda es limitada y la banca mantiene criterios estrictos de concesión, el crowdlending se ha convertido en una pieza clave para sostener la actividad inmobiliaria: más financiación implica más proyectos desarrollados y, por tanto, mayor disponibilidad de viviendas en el mercado. Todo ello contribuye a moderar tensiones de precios y favorecer el acceso a la vivienda.
En este escenario, Civislend desempeña un rol esencial, canalizando el ahorro de miles de inversores hacia promociones residenciales en España y Portugal, facilitando recursos a promotores con solvencia que, de lo contrario, verían ralentizados sus desarrollos por las restricciones bancarias.
Así, el crowdlending inmobiliario no solo representa una vía de inversión atractiva, sino también un mecanismo que impulsa la creación de vivienda y dinamiza la economía real.
Civislend fue constituida en 2017 y está supervisada por la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), Civislend se ha posicionado como líder en este ámbito. En más de siete años, ha canalizado más de 235 millones de euros en más de 135 proyectos, generando más de 50 millones de euros en intereses devueltos a sus inversores.
Nuestra operativa es clara: los promotores presentan sus iniciativas, Civislend realiza un análisis financiero, legal y técnico exhaustivo, y solo publica aquellos proyectos que cumplen todos los requisitos. El inversor dispone de toda la información relevante: ubicación del activo, importe del préstamo, plazo, intereses, garantías y calendario estimado de devolución. Además, se envían informes trimestrales con el avance del proyecto.
Una de las fortalezas del modelo es su accesibilidad: con solo 250 euros se puede empezar a invertir, permitiendo a cualquier persona entrar en un mercado que antes exigía grandes cantidades y elevada complejidad.
Muchos inversores —tanto nuevos como experimentados— ya integran este tipo de préstamos en sus estrategias, convirtiéndolo incluso en una alternativa a parte de su renta fija, con mejores retornos y plazos más reducidos.
Otro de los grandes beneficios es la diversificación: dividir el capital entre múltiples proyectos reduce la exposición individual y aumenta la estabilidad de la cartera. Algo prácticamente imposible cuando se invierte comprando un único inmueble.
El crowdlending inmobiliario está modificando la forma de ahorrar e invertir. Permite que cualquier persona pueda obtener retorno de proyectos reales y, al mismo tiempo, proporciona a los promotores una vía ágil y eficaz de financiación, contribuyendo directamente al desarrollo de nueva vivienda.