Con una tasa de inflación en julio del 10,8%, España todavía está lejos de abandonar el contexto inflacionista. Mientras empiezan a notarse los efectos de la subida de tipos del Banco Central Europeo, la inversión en vivienda continúa siendo uno de los destinos principales de aquellos ahorradores que no están dispuestos a perder poder adquisitivo. Muchos inversores prefieren ir sobre seguro, por lo que ponen el foco en casas situadas en los distritos céntricos de capitales de primera línea que sean fáciles de alquilar. Sin embargo, ante el agotamiento de oportunidades a buen precio en las grandes ciudades o el hecho de que haya que operar reformas sustanciales, muchos valoran la opción de apostar por inmuebles situados en la costa española. Tras la pandemia, el piso en la playa dejó de ser ese activo que únicamente se podría rentabilizar en julio y agosto. Más allá de la temporada alta, puentes y festivos, hubo un grupo numeroso de inquilinos que buscaron mudarse cerca del mar, debido al auge del teletrabajo. Esto hizo que el alquiler residencial en la costa ganara atractivo. Con la vuelta a las oficinas y el fin de la financiación barata, ¿perderá peso la segunda residencia a la hora de invertir en vivienda?

La búsqueda de vivienda en la costa se sitúa en máximos

Según Fotocasa, el interés por la vivienda vacacional se ha intensificado un 44% respeto a las cifras prepandemia, marcando 2021 un punto de inflexión y situándose actualmente en los niveles máximos alcanzados en 2017. En 2022, este tipo de inmuebles representa el 13% del total de las búsquedas, un porcentaje que en 2021 fue del 11% y en 2019 del 9%. El 65% de la demanda de pisos en la playa tiene un claro perfil comprador, ganándole terreno al alquiler.  En cuanto a la finalidad que se persigue, el 45% de los usuarios que acude a la web a tantear este tipo de oferta tiene como objetivo la inversión a largo plazo, mientras que el 39% dirige su mirada hacia la vivienda costera con el fin de incrementar su patrimonio inmobiliario. Por otro lado, un 22% señala que una vivienda en propiedad en una zona costera es un buen seguro para el futuro si se tiene en cuenta la escalada de los precios y lo que va a subir la financiación.

Territorialmente, los potenciales compradores de segunda residencia solían tener a las regiones de interior como principal origen. Si bien es cierto que en Madrid se concentra el 19% de esta demanda, ha perdido dos puntos frente a 2022. Por el contrario, autonomías con provincias de costa son las que más han incrementado su interés. Residentes que ya tienen una primera vivienda en Andalucía o la Comunidad Valenciana, aparecen en los primeros puestos de intención de compra en su misma región, pero cerca del mar. Mientras que la primera representa el 22% del total, la segunda se coloca en el 11%, habiendo repuntado ambas cuatro puntos en dos años. Esta tendencia se corresponde con los datos arrojados por el portal inmobiliario, que revela que uno de cada tres demandantes busca una localidad diferente a la que reside, pero en la misma provincia.

Comprar un piso en la playa en España es el objetivo de muchos extranjeros

El contrapunto lo aportan los profesionales de la intermediación. Aunque confirman que las adquisiciones en las áreas con litoral han atravesado un momento dulce, el mercado va a relajarse, sobre todo, en lo que respecta a las compras protagonizadas por el cliente nacional, siendo el extranjero el que sostendrá las transacciones. El XI Barómetro Inmobiliario realizado por UCI y SIRA revela que el 42% de los agentes inmobiliarios cree que la demanda de segunda residencia aumentará hasta septiembre, pero un 34% señala que entraremos en un periodo de estabilización un 24% argumenta que este interés va a menguar. A pesar de que la motivación se mantendrá en niveles más que aceptables durante el tercer trimestre del año, no se igualarán las cifras de compraventa alcanzadas durante los tres primeros meses de 2022. Una de las razones que explica este cambio es la pérdida de empuje del comprador patrio: el 28% estima que habrá un descenso en la compra de inmuebles costeros por parte de este perfil durante la temporada estival.

El paso atrás dado por el nacional, será compensado por el foráneo. Las restricciones a la movilidad han sido totalmente superadas, por lo que España ha recuperado su esencia como destino predilecto de la inversión internacional. Así, el relevo lo tomará el comprador extranjero que busca una casa de calidad a precios ajustados donde disfrutar del buen clima y una oferta de gastronomía y ocio de primera. Es por ello que 8 de cada 10 agentes afirman que el número de compradores extranjeros de segunda residencia en España repuntará en el tercer trimestre. En cuanto a las zonas favoritas, no hay sorpresas, ya que el litoral mediterráneo, junto con Canarias y Baleares, son polos de atracción consolidados. Las expectativas están muy altas en Comunidad Valenciana, donde casi el 60% de los profesionales vaticina un aumento en el cierre de operaciones entre julio y septiembre.

Financiación más cara y… ¿precios también más altos?

Uno de los obstáculos para que la vivienda en la costa mantenga su buen tono es la nueva relación de fuerzas entre los precios y la financiación. Antes del giro en la política monetaria europea, se podría conseguir una hipoteca con buenas condiciones. Ahora que ha subido el precio del dinero, los bancos encarecerán los préstamos para la compra de vivienda. No está claro que ante hipotecas más caras el precio de la vivienda se modere, sino más bien todo lo contrario. La mitad de los encuestados por UCI y SIRA opina que la segunda residencia se revalorizará en el tercer trimestre del año, aunque el 38% apuesta por una estabilización. Los últimos datos sobre vivienda en la costa aportados por Tinsa indican que el 86% de los 280 municipios analizados por la tasadora incrementaron de precio en el primer trimestre, pero la situación ha cambiado mucho desde principios de año. En cualquier caso, el informe destaca que el 51% de las zonas de costa ya está en los niveles de actividad previos a la Covid-19.