Una de las consecuencias inesperadas de la pandemia fue que la España vaciada cobró relevancia gracias a la expansión del teletrabajo. Muchos empleados, tanto por cuenta ajena como autónomos, decidieron mudarse a una población más tranquila, lo que revitalizó el mercado de la vivienda en zonas rurales con un fuerte componente de despoblación. La suma de las 23 provincias que entrarían dentro de esta denominación supone casi 300.000 kilómetros cuadrados. Su la principal característica que su densidad de población es inferior a la media nacional. De hecho, este conjunto de territorios apena acumulaba el 17,2% de los habitantes totales del país según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), correspondientes a 2019. Precisamente, fue el confinamiento y las restricciones lo que hizo resurgir el encanto de vivir en determinados enclaves de Castilla y León, Extremadura, Aragón, Castilla-La Mancha, Galicia o Andalucía.

En la etapa más difícil, cuando todo el país tuvo que aislarse en casa, fuimos conscientes de las carencias de nuestros hogares. La falta de espacio complicó el ya de por sí frágil equilibrio entre la vida familiar y la laboral, al tiempo que la necesidad de pasar tiempo al aire libre hizo que balcones y terrazas se convirtieran en verdaderos lujos. Fue en ese momento cuando muchos se dieron cuenta de que, si bien con un presupuesto ajustado era posible adquirir o alquilar un piso interior en el distrito céntrico de una gran ciudad, con el mismo dinero era posible comprar una casa unifamiliar en algún pueblo alejado del ajetreo de las principales urbes. La vida en el campo y la huida de la masificación ganó adeptos, y así lo confirmaron los principales portales inmobiliarios, que registraron subidas nunca vistas en la búsqueda de inmuebles en poblaciones más aisladas. De este modo, se logró invertir el éxodo que muchas de las localizaciones de la España vaciada comenzaron a sufrir desde las primeras décadas del siglo XX de un modo que, hasta la llegada del coronavirus, se tildaba de irreversible.

¿Ha perdido empuje la España vaciada tras la pandemia?

Según el Instituto Nacional de Estadística (INE), La Rioja (23,4%), Castilla y León (22,2%), Extremadura (22%), Cantabria (21,8%) y Castilla la Mancha (19,3%) fueron las autonomías que más crecieron en compraventas en 2021 frente a 2019. Sin embargo, al ir dejando atrás las altas cifras de incidencia acumulada, la vuelta a la normalidad ha trasladado de nuevo el foco de interés a las provincias donde se sitúan las ciudades de primera línea. Aunque algunas compañías han optado por instalar el teletrabajo de forma definitiva, el retorno a las oficinas ha sido la tónica general, lo que ha impactado de nuevo en el mercado inmobiliario. El tibio furor por la España vaciada se ha enfriado porque capitales como Madrid o Barcelona siguen concentrando la mayor oferta laboral, lo que coloca de nuevo estos puntos neurálgicos como los más presionados tanto por la demanda que busca un piso para vivir como los inversores que quieren comprar para alquilar.

Con el fin de dar un vuelco a la situación y promover la migración hacia las zonas más despobladas de España, desde las diferentes administraciones públicas se están lanzado iniciativas. El Gobierno central, por medio del Plan Estatal de Acceso a la Vivienda 2022-2025, plantea una ayuda a la compra de vivienda en municipios o núcleos de población igual o inferior a 10.000 habitantes. Los beneficiarios serán los jóvenes de hasta 35 años con ingresos anuales iguales o inferiores a tres veces el IPREM: 24.318 euros anuales. Estos compradores recibirán hasta un límite del 20% del precio de la adquisición, siempre y cuando este no supere los 120.000 euros. Otra de las condiciones para acogerse a esta subvención es que el inmueble deberá constar como domicilio habitual y permanente durante un mínimo de cinco años. Por otro lado, a nivel regional, el Consejo General de Economistas y el Registro de Economistas Asesores Fiscales (REAF) señala en un reciente estudio que varias autonomías aplican bonificaciones en sus impuestos para paliar la despoblación. Dichos estímulos van desde deducciones en el IRPF en transporte, emprendimiento, alquiler, compra y rehabilitación de vivienda hasta ayudas directas por nacimiento de nuevos hijos o para cubrir gastos de guardería.

Cuatro razones por las que merece la pena invertir en vivienda en la España vaciada

  1. Precios más ajustados

Los precios de la vivienda en Soria están a años luz de los de Madrid o alguno de los municipios que conforman su corona metropolitana. Mucha gente se ha convencido de que tener más a cambio del mismo presupuesto bien merece renunciar a determinadas comodidades. Además, si bien en infraestructuras y determinadas dotaciones en ciertas poblaciones despobladas todavía es imperativo seguir mejorando, lo cierto es que las necesidades básicas están más que cubiertas para cualquier perfil, tanto singles como parejas sin hijos o familias numerosas.

  1. Estilo de vida sostenible

La preocupación por el medio ambiente también despierta el interés por una vida en pleno contacto con la naturaleza. La búsqueda de entornos donde la contaminación sea un espejismo cada vez atrae más. En este sentido, la abundancia paisajística de provincias como Teruel o Zamora compite con el patrimonio arquitectónico de otras como Ávila o Cuenca. Por otro lado, dar esquinazo al estrés es más sencillo en lugares donde la verdadera riqueza está en el silencio.

  1. Oportunidad para emprender

Los canales digitales facilitan enormemente la apertura de nuevos negocios 100% online. Resueltos los obstáculos que puedan plantear la conexión a Internet y la logística, montar una empresa de venta de productos o de servicios en la España vaciada tendrá el mismo nivel de éxito que hacerlo en áreas con mayor densidad de población. Además, el interés por emprender en el sector agroalimentario para revitalizar la economía de estas zonas crece día a día.

  1. Turismo rural y ecológico

Tener una segunda residencia en pleno parque natural o gestionar un alojamiento que ofrezca actividades de ecoturismo o experiencias gastronómicas únicas es el sueño de muchos. Aunque el turismo de sol y playa en España está muy consolidado, el interior va ganándole terreno a la costa. Es cierto que por ahora no puede competir con las cifras que arroja el litoral Mediterráneo, pero el empuje de este tipo de experiencias vacacionales está en auge.