Después de un año que no ha sido fácil para muchos, llega el momento de descansar y disfrutar de un merecido relax. El verano es sinónimo de vacaciones, un periodo necesario que invita a desconectar de la rutina para volver después con energías renovadas. Sin embargo, aunque por unos días o semanas nos olvidemos de nuestras obligaciones, el dinero puede seguir trabajando. Hay quien es partidario de parar en seco sus inversiones durante el periodo estival para no llevarse sustos, pero con el crowdlending inmobiliario no es necesario, puesto que su descorrelación frente a otro tipo de activos lo hace perfecto para equilibrar cualquier cartera. Además, está menos expuesto que otros productos de inversión a tensiones geopolíticas y guerras comerciales. Esta fortaleza lo convierte en un destino estupendo para los ahorradores que buscan escenarios alternativos donde sentirse cómodos, controlando el riesgo y conociendo de antemano la rentabilidad que van a recibir.

  1. El crowdlending inmobiliario en verano sigue ofreciendo buena rentabilidad

Una de las teorías en las que se apoyan los partidarios de desaparecer durante los meses más calurosos del año del panorama de la inversión es el mito de que los activos pierden valor en esta época. Lo cierto es que, si bien hay una mayor volatilidad, esta tendencia bajista no siempre se cumple. Índices bursátiles internacionales incluso repuntan, pero más allá de la Bolsa, otros vehículos como el crowdlending han demostrado su fuerza en plena estación estival. Las plataformas no solo no se van de vacaciones, sino que siguen ofreciendo proyectos con un interés muy atractivo para el inversor que quiere sacar partido de sus ahorros, incluso en verano. Sin ir más lejos, CIVISLEND abrió dos oportunidades en su marketplace el pasado mes de julio, captando los fondos necesarios para ambos proyectos inmobiliarios en tiempo récord y recompensando a sus inversores con un interés de alrededor del 8%.

  1. Las plataformas de financiación alternativa no cierran por vacaciones

El mes de agosto siempre ha sido un mes de baja actividad comercial. Una de las reglas no escritas de la banca tradicional es no conceder financiación en verano. Basta echar un vistazo a las estadísticas para darse cuenta de que el volumen de dinero que se mueve hacia particulares y empresas en verano cae si se compara con los meses anteriores o posteriores. Y aunque el capital no para de fluir del todo, es cierto que las vacaciones de la plantilla en las sucursales hace complicado que se firmen operaciones en pleno julio o agosto, sobre todo, porque se está dejando de contratar a personal temporal que lo sustituya con el fin de ahorrar costes. Incluso, hay entidades que cierran parte de su red de forma provisional en verano, emplazando al cliente al entorno online. En las plataformas, los departamentos de riesgos continúan analizando proyectos aun en los meses estivales. El promotor demanda financiación más rápida y ágil, y no puede esperar a que en septiembre la banca tradicional vuelva a levantar la persiana porque podría perder la oportunidad de desarrollar un proyecto inmobiliario si no consigue, por ejemplo, cerrar la compra del suelo.

  1. La inversión en crowdlending no entiende de estaciones

Cuando se crea a una cartera de valores, siempre habrá momentos en los que las acciones de determinadas empresas vayan peor que en otros, pero estar pendiente cada día de las fluctuaciones de la Bolsa denota cortoplacismo, algo incompatible con un estrategia sostenible en el largo plazo. Agobiarse a las primeras de cambio y vender enseguida es sinónimo de inexperiencia. Con el crowdlending ni siquiera existe este problema. En CIVISLEND, el plazo de la inversión se mueve entre los 12 y los 24 meses. De este modo, el dinero que destinamos a préstamos queda inmovilizados hasta que, al final de dicho plazo, el promotor devuelva el capital. El verano no va a influir en que la empresa devuelva o no los intereses del préstamo de modo puntual. Es decir, el periodo estival no es un factor que determine la capacidad de pago del promotor, por lo que el inversor puede estar tranquilo.

  1. La actividad inmobiliaria no descansa en verano

El paro cayó en el pasado mes de julio en 197.841 personas, marcando una caída frente a junio del -5,47%, según datos del Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE) publicados por el Ministerio de Trabajo y Economía Social. En el sector de la construcción se registró una bajada mensual de 10.154 personas, lo que supuso un -3,62% menos de parados. De este modo, en las obras, la construcción de nuevos desarrollos residenciales no se ve paralizada con la llegada del calor, aunque los obreros se van a de vacaciones como cualquier otro trabajador. En cualquier caso, la jornada de trabajo puede verse reestructurada debido al calor.  El IV Convenio General del Sector de la Construcción admite, en el apartado referido a los factores atmosféricos, que «cuando las temperaturas sean extremas, especialmente en las conocidas olas de calor, causantes de graves consecuencias para la salud, por parte de la representación sindical se podrán proponer horarios distintos que permitan evitar las horas de mayor insolación». En este sentido, el calendario laboral de la Comunidad de Madrid para la construcción en 2021 contempla jornada intensiva de 7 horas entre el 15 de julio y el 15 de agosto.

crowdlending inmobiliario en verano

  1. El inversor tiene tiempo para redefinir sus objetivos

El verano también puede ser un revulsivo para el crowdlending inmobiliario desde el propio punto de vista del inversor. Al tener algo más de tiempo libre, es posible echar un vistazo a la composición de la cartera. Lo ideal sería poner el foco en lo qué queremos conseguir, en cuánto tiempo y cuántos recursos necesitamos. Al final, llegaremos a la conclusión de que diversificar es la llave que permitirá a nuestros ahorros crecer de forma próspera en el futuro. Igualmente, en un entorno de crisis económica, hace falta más que nunca que la sociedad colabore en la reconstrucción del tejido empresarial. Esta responsabilidad es entendida por muchos inversores como una oportunidad para darle un impulso a la economía real, la que protagonizan las pymes. El crowdlending que promueve CIVISLEND está comprometido con el logro de un impacto positivo dentro del sector, apostando por proyectos viables capaces de satisfacer necesidades habitacionales diversas.