La trayectoria inmobiliaria del español medio ha estado claramente definida durante varias décadas. Básicamente, este viaje comenzaba con la propiedad de una vivienda habitual y, con un poco de suerte, proseguía con la compra unos años después de otro inmueble situado en la costa para pasar la temporada de verano y hacer escapadas a lo largo del año. Esta mentalidad ha cambiado. Ahora hay propietarios que alquilan su piso en la ciudad y, a su vez, viven de alquiler en la playa, así como otros que apenas van a usar su residencia en el litoral para el disfrute propio porque venden al poco de comprar y reformar o tienen ese bien vacacional como fuente de ingresos pasivos desde el primer momento.

En un entorno de inflación al alza, la vivienda gana protagonismo como valor refugio, y más allá de la atractiva rentabilidad que ofrece un piso céntrico en una gran capital del interior, la segunda residencia también proporciona una salida al ahorro más que aceptable. Si el año pasado fue el año de la vivienda de reposición, este año el capital se mueve hacia los pisos vacacionales. Desde el Salón Inmobiliario de Madrid (SIMA) ya afirmaban que, aunque el visitante que viene buscando una opción para residir es el mayoritario, la primera vivienda cede espacio a la segunda residencia, que crece del 6% del total del público asistente a la feria el año pasado al 9% de la edición de este año. Desde CIVISLEND hemos recogido algunas de las razones que están alentando el interés de la demanda por el producto residencial y turístico.

  1. La incertidumbre alienta la inversión en vivienda

El contexto geopolítico introduce un componente de volatilidad muy alto en el mercado de valores. Los inversores tratan de proteger sus carteras con activos descorrelacionados con el fin de suavizar el impacto que pueda tener la guerra de Ucrania en la bolsa. En este marco, la vivienda despunta como uno de los mejores destinos del ahorro, que en los momentos más duros de la crisis sanitaria alcanzó máximos históricos en España. En 2021 parte del mismo se ha refugiado en el ladrillo, y en 2022 está tendencia se ha consolidado.

Los depósitos y cuentas remuneradas apenas son efectivas para combatir la pérdida de poder adquisitivo que provoca la inflación, por lo que comprar una casa es la respuesta ideal. El Banco de España indicó que la rentabilidad de la vivienda alcanzó el 10% al cierre de 2021. Por otra parte, la consultora CBRE reveló que en el primer trimestre de 2022, la inversión en el sector inmobiliario en España ha superado los 4.300 millones de euros, una cifra 2,5 veces superior al volumen logrado en el mismo periodo del año pasado.

  1. Los extranjeros vuelven a comprar en España

España es un país que actúa de poderoso imán para los compradores extranjeros de vivienda. Durante la pandemia, la demanda foránea se desinfló debido a las restricciones de movilidad, pero a medida que se ha vuelto a la normalidad, este público ha retomado el idilio con nuestro país, y en concreto, con nuestros excelentes destinos de costa. Factores como el clima, la gastronomía o las más de 700 banderas azules atraen la inversión extranjera, que ya no compra únicamente para pasar unos días y retirarse cuando llega la jubilación, sino que reside en el territorio de forma permanente, estableciendo sus negocios y formando parte del tejido empresarial nacional. A todos estos aspectos hay que sumarles la lejanía respecto al conflicto que enfrenta a Rusia y Ucrania, lo que nos posicionan por delante de otros enclaves del Mediterráneo.

Según datos del primer trimestre de 2022 publicados por el Colegio de Registradores, la demanda extranjera ha retomado los niveles prepandemia. Del total de transacciones realizadas durante este periodo, estos compradores han supuesto el 13,2%, acumulando cinco trimestres seguidos al alza. La costa es el motor de estas compras, con Baleares a la cabeza con el 35,4%, seguida de Canarias (26,9%), Comunidad Valenciana (25,5%), Murcia (19,4%), Andalucía (15,1%) y Cataluña (12,8%). No obstante, el dominio de grandes referentes de sol y playa como Benidorm, Málaga o algunas poblaciones de la Marina Alta se está viendo desplazado por municipios de menor densidad de población y alejados de la primera línea. Tal y como expone Idealista, el top tres de localidades que recibieron más visitas en el portal inmobiliario en el cuarto trimestre de 2021 por parte de los foráneos fueron Ciudad Quesada, Polop y Busot, todas en Alicante.

  1. El alquiler turístico ha resurgido

El trasvase de alquiler turístico a residencial se ha invertido. La segunda residencia vuelve a ofrecerse como alternativa a los hoteles para aquellos que acuden de visita a España a pasar unas vacaciones inolvidables. Invertir en una vivienda que pueda ser disfrutada por el propietario durante tres o cuatro semanas y explotada por medio del arrendamiento de corta estancia el resto del año convence a muchos ahorradores. Además, el property management se está profesionalizando muy rápido. Dejar en manos de expertos la gestión del apartamento libera de preocupaciones a los dueños de estos inmuebles. Este servicio se encarga de todo: comercialización, selección de inquilinos, visitas, firma del contrato, entrega de llaves, limpieza, mantenimiento, reparaciones, etc. Además, esta gestión integral abarca todas las temporalidades.

  1. El teletrabajo busca vivir en la costa

La estacionalidad siempre ha definido las zonas costeras españolas, pero poco a poco estas áreas van llenándose de vida y de actividad económica todo el año. En parte, esta ruptura ha sido alentada por el auge del teletrabajo. El coronavirus trasladó las oficinas al ámbito doméstico y según un informe del Observatorio Nacional de Tecnología y Sociedad, el 84% de la población ocupada española quería seguir con el teletrabajo tras la pandemia. Aunque el retorno a las oficinas ha sido la tónica general, hay quienes han mantenido el empleo en remoto de forma parcial o total. Aquellos que finalmente han logrado seguir manteniendo el despacho en casa, al no estar necesariamente obligados a vivir cerca de la sede, habitualmente localizada en una gran capital, han optado por fijar su lugar de residencia y de trabajo en un entorno más tranquilo, cerca de la naturaleza y bañado por el mar. Es por ello que la oferta de alquiler residencial debe crecer, e invertir en segunda residencia es la clave.