Cuando por fin se da el paso de ahorrador a inversor, una de las preguntas que nos asaltan es cada cuánto tiempo hay que revisar la cartera que hemos diseñado para maximizar nuestros ingresos. Como en muchos otros ámbitos de la vida, se impone la regla del equilibrio. Es importante mantenerse informado de cómo van evolucionando los diferentes productos por los que hemos apostado, pero no vale de nada obsesionarse y estar cada día encima de nuestras inversiones, ya que podemos caer en el estrés financiero. Igualmente, seguir aprendiendo y ampliar nuestro conocimiento es esencial, pero hay que tener cuidado con aspectos como la infoxicación, dado que llegará un punto en el que perderemos el control. Ni hay que contratar productos y olvidarse de ellos, ni hay que pasar el día consultando y actualizando la hoja de cálculo donde recogemos el comportamiento de los mismos.

Revisar periódicamente nuestra cartera es un trabajo que debemos asumir de forma natural, sin que llegue a robarnos el sueño. Sin embargo, la frecuencia dependerá de varios aspectos. En primer lugar, hay que tener en cuenta qué tipo de mecanismos hemos elegido para tener un futuro más desahogado e, incluso, alcanzar esa independencia financiera tan ansiada. Y en segundo lugar, hay que plantear la cuestión desde el punto de vista de nuestro perfil de inversor. En este sentido, no debemos olvidar que la edad es un factor determinante, ya que no se tiene el mismo arrojo con 30 años que con 60. La aversión al riesgo marca la proporción entre inversiones más conservadoras y más agresivas, por lo que, según vaya avanzando el tiempo, nuestra cartera irá adecuándose a nuestra tolerancia a las pérdidas. Por norma general, se entiende que cuanto más joven se es, más exposición se está dispuesto a aguantar. Así, las carteras donde predominan la renta variable siempre necesitarán una revisión algo más frecuente que aquellas donde domina la renta fija.

Rebalanceo, el secreto para una cartera de inversión ajustada a tus necesidades

Rebalancear es la acción por la que reajustamos los pesos de los diferentes activos que conforman nuestro patrimonio para sacarles el máximo rendimiento. Aquí entra en juego, como hemos apuntado antes, el perfil de inversor que nos defina en cada etapa de nuestra vida, pero también la evolución del mercado. Imaginemos una cartera de inversión formada al 50% por renta fija y al otro 50% por renta variable. Estaríamos, probablemente, ante un inversor moderado. Al comprobar cómo van evolucionando, por ejemplo, los bonos en los que hemos invertido parte de nuestro capital, nos damos cuenta de que estos han bajado de valor, e incluso, dan pérdidas. Lo idea sería, si se quiere mantener la moderación, mirar hacia otros productos de renta fija, como fondos de inversión o proyectos de crowdfunding inmobiliario como los que ofrece CIVISLEND. Si se da el caso de que, en ese momento, el inversor decide arriesgarse más, entonces podría rebalancear su cartera y redistribuir los pesos en 40% de renta fija y 60% de renta variable. De este modo, se estaría alineando con los cambios del mercado y protegiendo su patrimonio, pero al mismo tiempo, debería poner más atención a sus inversiones debido a que la renta variable está más marcada por la volatilidad.

Este rebalanceo es vital para lograr uno de los objetivos más importantes de todo inversor: la diversificación. El hecho de variar las proporciones de los activos, además de abrir la puerta a nuevos productos financieros que podrían colaborar en la consecución de nuestros objetivos, también tiene que ver con el origen de los mismos. Por ejemplo, al operar en bolsa, podemos centrarnos en empresas que formen parte del selectivo español, pero también podemos mirar hacia acciones de compañías extranjeras. Con el crowdfunding inmobiliario pasa lo mismo. CIVISLEND es una plataforma de financiación participativa española, pero también existen otras opciones fuera de nuestras fronteras. En cualquier caso, lo esencial es realizar un estudio previo y buscar reseñas fundamentadas; solo de ese modo podremos conocer los riesgos a los que nos expondremos y actuar con plena consciencia de lo que podría ocurrir, tanto para bien como para mal. Por supuesto, existen asesores financieros que se encargan de hacer todo por ti de forma recurrente, generalmente cada seis o doce meses. No obstante, hay expertos que recomiendan que la revisión se realice al menos tres veces al año, vigilando las comisiones que podrían aplicarnos.

Hoja de cálculo, la mejor herramienta para revisar tus inversiones en crowdfunding inmobiliario

Para hacer seguimiento de una cartera de crowdfunding inmobiliario, lo ideal es apoyarse en algún documento donde se recojan todos los movimientos que vamos realizando. La mayoría de los que apuestan por este tipo de inversión alternativa lo que hacen es diseñar una hoja de cálculo, dado que de este modo se pueden aprovechar las funcionalidades del programa para hacer números aplicando fórmulas fácilmente. Gracias a estas operaciones automatizadas, seremos capaces de ver cuánta rentabilidad nos aporta cada una de las plataformas y cómo se traduce en euros. Además, según vamos revisando cómo se han comportado nuestra inversiones, podremos decidir cuáles son las plataformas que más o menos rendimiento están generando, y por tanto, cuáles son las que convienen más o menos. Aunque no se esté demasiado familiarizado con este clase de recursos, lo cierto es que su manejo es realmente sencillo. En caso de dudas, existen muchos tutoriales gratuitos en Internet para, en cuestión de horas, aprender lo básico y tener nuestras finanzas a la vista y siempre disponibles.

Las plataformas de financiación participativa permite la descarga de todos las operaciones realizadas a través de las mismas. Deberemos sumar todas las que tengan lugar en un mismo mes para, posteriormente, realizar un análisis anual. Por otro lado, estos datos deben organizarse en diferentes columnas para ver claramente si se trata de un ingreso o un reintegro procedente de nuestra cuenta bancaria asociada, si se trata de aportaciones a proyectos o si tiene que ver con las ganancias que nos han reportado estos mismos proyectos en los que hemos invertido. Asimismo, estas cantidades deben identificarse conforme a si se refieren a intereses o al principal. Toda esta información resulta de gran valor, sobre todo, si la traducimos a porcentajes y comparamos entre las diferentes plataformas. No está de más añadir otra columna para calcular lo que deberemos tributar al declarar los ingresos ante Hacienda y así hacernos una idea de lo que realmente hemos ganado.