Los fenómenos residenciales que apuestan por la vida en comunidad están en auge. Las fórmulas tradicionales de acceso a la vivienda están dando paso a nuevos modelos que tratan de ajustarse al perfil económico y social de la demanda, tanto de la actual como de la que vendrá en unos años. Hay voces que opinan que modalidades como el coliving o el cohousing no representan una solución eficiente, sino que son el resultado de haber fracasado a la hora de convertir una necesidad básica como la vivienda en parte de nuestro patrimonio, dado que los salarios cada vez están menos alineados con el incremento de los precios de venta. Ciertamente, estas alternativas dejan en un segundo plano a la propiedad, puesto que se trata de sistemas híbridos en los que no se es dueño del inmueble, pero se recibe mucho más a cambio que a través de un alquiler tal y como lo conocemos.

Más allá del debate sobre el agotamiento del estado del bienestar, la pregunta que se hacen los profesionales es si estas innovadoras categorías residenciales podrían convertirse en un nicho de negocio rentable para la actividad promotora en España. Sin duda, el impulso que tomarán los activos multifamily, que ya demostraron su músculo en 2021, es un hecho innegable. El informe ‘Real Estate Market Outlook España 2022’, elaborado por la consultora CBRE, concluyó que el sector living acumuló 2.959 millones de euros transaccionados a lo largo de 2021, copando el 22% de la inversión total, un 13% más que en 2020. Mientras se vaticina que el parque de residencias en alquiler sumará 20.000 nuevas viviendas hasta 2024, la oferta por parte de operadores coliving se incrementará en 4.000 plazas hasta 2023. El build to rent (BTR) ya se ha establecido como una posibilidad interesante para aquellas empresas promotoras que buscan opciones para diversificar su producto, pero también sería interesante analizar el recorrido que ofrecen desarrollos orientados tanto al coliving como al cohousing.

¿Qué es el coliving?

Si el coworking fue la respuesta desde el ámbito cooperativo al modelo laboral tradicional, el coliving fue la consecuencia de aplicar la misma filosofía, pero al entorno de la vivienda. El coliving hunde sus raíces en Silicon Valley. Se trata de complejos a medio camino entre el piso compartido y la residencia de estudiantes, en los que se combinan las bondades de un espacio privado e íntimo con el disfrute de unas zonas comunes de gran calidad. Lo que se pone de relevancia en este sistema es sacar el máximo potencial a la experiencia de la convivencia, fomentando la creatividad y los intereses comunes. El espacio doméstico pasa a ser algo secundario, fomentando un estilo de vida basado en la movilidad, la flexibilidad y la funcionalidad, en el que el desarrollo profesional es la clave.

Dadas las características del coliving, es lógico que se conciba como una propuesta basada en estancias cortas. El perfil que mejor encaja es el de un público eminentemente joven, sobre todo, emprendedores, freelance y nómadas digitales que están centrados en su futuro profesional y que, por el momento, no se plantean un plan de vida familiar que implique asentarse en una ubicación de forma definitiva. Lo que buscan estos jóvenes profesionales es un lugar donde todas las necesidades básicas de alojamiento queden cubiertas, pero donde sea posible enriquecerse a través del intercambio de opiniones y la búsqueda de proyectos colaborativos en un entorno internacional.

¿Qué es el cohousing?

Por su parte, la vivienda colaborativa o covivienda es un modelo que proviene de la Dinamarca de la década de los sesenta. Si bien combina espacios individuales con comunitarios, estos escapan de los estándares rígidos y asépticos, ofreciendo un entorno más personalizado y escalable. No es el habitante el que se adapta al lugar, sino que es el lugar el que se adapta al habitante, que diseña y gestiona todo el conjunto desde el diálogo y la interacción con el resto de vecinos. Este sistema de acceso, aunque puede basarse en la propiedad, suele fundamentarse más en modalidades como el condominio o la cooperativa, estableciendo un derecho de uso. No obstante, su concepto ha evolucionado con el tiempo, por lo que actualmente camina hacia el alquiler con mantenimiento y servicios que van más allá de las zonas comunes típicas de una urbanización, sumando a la piscina, la zona infantil y el gimnasio otros lugares de encuentro como el huerto, la lavandería o una sala de proyecciones, por ejemplo.

El cohousing ha entrado de lleno en el escenario político español, puesto que el Gobierno lo ha señalado como uno de los destinos hacia los que debe enfocarse la forma en la que concebimos los espacios que residimos. El Plan Estatal de Vivienda 2022-2025 es la primera normativa española que incluye esta fórmula de tenencia, señalándola como una alternativa capaz de fomentar las comunidades intergeneracionales. Lo cierto es que el cohousing, entendido como un paso más allá de las residencias de mayores, ha alumbrado los primeros proyectos orientados al público sénior en España con gran éxito, incluso generando listas de espera. Lo que proponen desde el Ejecutivo es que se promueva que estos «espacios de interrelación» sirvan de marco para que se genere «una mayor integración y relación entre los inquilinos», abarcando un intervalo de edades más amplio.

El crowdfunding inmobiliario dentro del coliving y el cohousing

El punto de unión entre estos dos modelos y la financiación participativa radica en el mayor protagonismo que están recabando las acciones que implican un acuerdo comunitario. Reunir los fondos necesarios para desarrollar un proyecto enfocado a alguna de estas modalidades por medio del crowdfunding inmobiliario sería el modo más lógico de alinear ambas propuestas, dado que las dos cuentan con un trasfondo marcadamente colaborativo. Desde CIVISLEND, hacen hincapié en su papel como nexo de unión entre promotores que buscan financiación alternativa e inversores, y aunque la mayoría de los proyectos publicados hasta ahora en el marketplace de la plataforma tienen una finalidad residencial orientada a la venta, el sector de la promoción va abriéndose a desarrollos innovadores en los que el crowdequity y el crowdlending son capaces de cumplir un papel muy importante.